sábado, 22 de junio de 2013

Capitulo 7

 Capitulo 7
El camino de vuelta a casa se vuelve eterno. Lewis y Kod se sientan juntos atrás y se dedican la hora entera a liarse. Clive conduce y yo por mi parte me he leído cien veces las contraportadas de los libros que compré antes. No hemos hablado de nada desde que me besó y no pretendo hablar de ello.

-Jane, ¿piensas decir algo? -El coche de Clive está aparcado enfrente de casa de Maffi. Clive llevó a Kod y Lewis hace un rato a casa y ahora estamos solos.
-¿De qué?
-No se, a lo mejor del echo de que te he besado -Está enfadado pero no soy capaz de decirle nada -Mira Janina, no se porque pero me gustas. Me desquicias con tus sarcasmos, tus cambios de humor, tus tonterías, tu control y todas las cosas malas. Pero me vuelves loco. -Y ahora son mis labios los que están en los suyos. Le beso. Solo le beso, no pienso en nada más por muchas preguntas que quieren salir disparadas de mi cabeza. Cuando me separo de él me mira a los ojos y entonces recupero la razón y me doy cuenta de lo que he hecho. Yo, Jane Dessen estoy besando a un chico. No me lo creo. Me despido de él y entro en casa corriendo.

Estoy en la cama tumbada mirando al techo. No paro de volver al coche de Clive. Y al centro comercial. Y a sus labios sobre los míos. Aquel ha sido mi primer beso. Y mi segundo. Siempre había estado tan asustada por como reaccionar cuando ese momento ocurriese. Y ahora ya se como es. ¡Y he sabido hacerlo bien! No ha sido un beso mágico como los que describen en las novelas, de esos que se supone que te elevan a otro planeta. Han sido unos besos cargados de confusión. Y así es como me encuentro ahora mismo a las dos de la mañana, confusa. Y hambrienta. Bajo a la cocina a por algo de comer. En el trayecto que recorre mi habitación de la cocina comprendo porque Al tiene miedo a la casa. Pienso en Al, sus ojos, su sonrisa, su caballerosidad y... su novia. El nombre de la chica ha asomado demasiadas veces en mi cabeza esta semana. Bella. Bella. Bella. Y entonces la realidad me da de golpe, como una gigantesca jarra de agua fría. Cierro la nevera y dejo dentro el bizcocho que pensaba comer. ¿Qué hago? He comido de todo durante esta semana. Miro mi cuerpo y grasa es todo lo que veo. Mis muslos, mi tripa, mis brazos. También miro a las muñecas con las heridas cicatrizadas. ¿Cuando ha pasado esto? Huyo de Madrid y, ¿me creo que puedo ser feliz? No, no lo merezco. Soy una cobarde que no es suficientemente buena en nada. Nunca. Apresuradamente abro la nevera y saco de ella todo lo que me resulta apetecible. Galletas de chocolate, leche, embutido... Como hasta que mi tripa no puede más. Subo corriendo las escaleras. Me tropiezo por el camino varias veces por culpa de las lágrimas que inundan mis ojos. Entro en el baño y me arrodillo en el váter. Enciendo el agua de la bañera y mojo mis dedos indice y corazón dentro en el flujo de agua caliente que emana el grifo. En apenas segundos están dentro de mi garganta moviéndose frenéticamente. Poco a poco toda la comida sale de mi cuerpo, acompañada de todos los problemas y la frustración. Vomito hasta que ya no queda nada dentro de mi, ni comida ni culpabilidad. Me quedó tirada en el frío suelo del baño hasta que consigo acompasar las respiraciones. Mis dientes se mueven con fuerza, tiritando, hasta que me tumbo en la cama y espero a que otro nuevo día despierte.


2 comentarios:

  1. awwws *-* LO HA BESADO! muero muer muero... Pero el final :( Jo, ojala y la continúes pronto :3

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  2. Prontito tendréis el próximo capítulo. Me alegro mucho de que te guste, de verdad :))) Un besazo Ester <133

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