Hoy vuelve la
tía Maffi. Sinceramente, no la he echado de menos. Esta semana ha
pasado volando, más rápida incluso que las tres últimas semanas
que pasé en Madrid. El día después de la fiesta en la playa Al
vino a buscarme y me mostré más que receptiva. Estaba encantada de
verle a él, y a sus ojos azules. Me llevó al bosque en bicicleta.
Había traído una cesta con bocadillos, bebidas y chocolates y por
primera vez desde que llegué al pueblo hice una comida entera,
¡hasta comí dos onzas de ese chocolate relleno de galletas Oreo!
Pero hoy Al no está -imagino que estará con Beeeella- y me voy con
Clive, Kod, Lewis a un centro comercial. ¡No puedo estar más
contenta! Nunca he sido una chica adicta a las compras de ropa ni
nada por el estilo pero pasarme mucho tiempo encerrada en mi bosque
de Hogwarts particular me irrita un poco. Tengo que asomarme a la
ventana para conseguir algo de cobertura, y eso los días que tengo
suerte. Así que si, estoy emocionada por salir un poco de tanto
árbol. Además, ¡tengo dinero para comprar libros! Y puesto que ya
me he leído los cinco libros que me traje necesito nuevas lecturas.
-¡Janina, o
bajas o nos vamos sin ti!
-Clive dejala
tranquila imbecil -Oigo los gritos de Clive y Kod mientras que me
apresuro para salir corriendo de casa.
-Tía me voy ya
-La tía Maffi está sentada en un orejero de cuero en el salón.
Estoy apunto de salir por la puerta cuando la oigo hablar.
-¿Sabes
una cosa pequeña? -Me habla pero ni siquiera mira en mi dirección.
Tiene los ojos atentos en un pequeño cuadro que cuelga de la pared
-Me hace mucha ilusión tenerte aquí. Siempre he soñado con
despedir a mis hijos cuando salían de fiesta. Es el sueño que nunca
podré cumplir y ahora tenerte a ti, aquí conmigo, me ayuda a
conseguir, de alguna manera, ese sueño imposible -Intento evitar
que las lágrimas salgan de mis ojos. Cierro la puerta y abrazo a mi
tía con ternura, cariño y mucha pena. Algo que no había hecho
nunca. Mi presencia aquí, este verano, a lo mejor está ayudando a
más gente de la que creo. -Toma. Nunca he tenido con quien compartir
mi dinero -Me da una decena de billetes de veinte libras y acepto,
encantada por la gran suma de dinero, y apenada, por la tristeza que
tiene mi tía aun teniendo más dinero del que yo jamás podría
soñar. Pero como sabiamente dicen el dinero no da la felicidad. Me
levanto de su regazo y salgo de casa. Desde la camioneta Clive me
grita que salga pero cuando me ve convierte el cabreo en esa sonrisa
que me encanta. Despreocupada, desenfadada y completamente sincera.
-¿Se puede
saber por qué has tardado tanto? Si por lo menos te hubieses
arreglado lo entendería -Le miro enfadada -Es broma pequeña
-Engancha sus dedos en mi nariz y le muerdo el dedo gordo
cariñosamente para que me suelte.
-Perdóneme
usted, no sabía que para estar en su presencia necesitaba lucir mis
mejores galas -Me burlo.
-Estás muy
guapa Jane, no le hagas caso -Lewis sale en mi defensa.
-Oye que tienes
novia -Replica Kod desde el asiento de atrás a su novio, que está
en el del copiloto -Y estás muy guapa pero el rimel hace maravillas.
-Ahora que
todos habéis dado vuestra opinión sobre mi aspecto, ¿podemos
irnos? -Replico un tanto molesta.
Tardamos casi
una hora en llegar al centro comercial pero pasa volando. Kod y yo,
en el asiento trasero hablando de música, y los chicos delante
hablando de fútbol o de lo que sea que hablen los chicos. La verdad
que no les presto la mínima atención, mi conversación sobre Queen
con Kod es demasiado interesante. Por un momento me pasa por la
cabeza que esto perfectamente podría ser una de esas citas dobles
tan típicas en las comedias románticas. Pero no, Clive y yo no
somos nada. Bueno, somos amigos pero nada más. Si Lewis no se
hubiese dedicado a mirar a Kod todo el camino con ese brillo en los
ojos que solo tienen los enamorados, yo no me hubiese sentido mal por
no tener a nadie que me mire a mí de esa forma y no hubiese empezado
a creer que me gusta Clive. Aunque, ¿no lo creía ya antes? No, no y
no. Me niego. Clive es solo un amigo. Y además Clive nunca me
querría, no me merezco que nadie me quiera.
-¡Oh dios mio!
-Reacciono exageradamente cuando veo una librería gigantesca con el
nombre de Pandemonium en medio de aburridas tiendas de ropa y objetos
de decoración para la casa. Salgo corriendo a ella e intento
contenerme al ver tantos libros juntos. Saco la lista que hice la
noche anterior con los título que quería comprar y empiezo a mirar
por las estanterías ajena de mis tres acompañantes abandonados
atrás.
-Y bajo la
misma estrella -Tacho el último libro de la lista. Miro los diez
libro que he cogido, indecisa. No puedo gastarme todo el dinero que
me ha dado la tía Maffi en libros. Miro los títulos una y otra vez.
Una pasión vintage, Lola y el chico de al lado, Hermosas Criaturas,
Y por eso rompimos, Beautiful Disaster y unas cuantos libros más
están apoyados encima de una pequeña mesa.
-57 libras -Me
dice el cajero -¿Eres una gran lectora?
-Bueno, leer es
soñar con los ojos abiertos. Y soy una gran soñadora -Río y me
sonrojo al ver como apunta su número de teléfono en un pedazo de
papel.
-Es raro ver a
chicas como tú por aquí -Me da los cinco libros que he decido
finalmente comprar y el papel con su número de teléfono -Si quieres
quedar y tomar un café algún di...
-¡Se puede
saber donde te habías metido! -Cierro los puños y lucho contra la
voz en mi cabeza que me dice que le estampe un puñetazo en la nariz.
-¿Interrumpo algo? -¿Por qué está tan cerca de mi? En serio
Clive, estás muy cerca. Sepárate pienso.
-Bueno, da igual. Nos tenemos que ir Jane -Me agarra la mano y tira
de mi hacía afuera sin dejarme siquiera coger el papel con el número
de teléfono del dependiente.
-¿Qué cojones te pasa? -Le grito ya fuera de la tienda, con mis
libros en la mano.
-Me aburro. Victoria y Lewis han ido a comprar un regalo para la
abuela de Lewis y tú me dejas tirada por un dependiente -Lo
pronuncia como si fuese algo asqueroso -Vamos Jane, tu puedes aspirar
a más.
Le miro con los ojos como platos. ¿Aspirar a más? Si el chico era
guapísimo y además le gustaba leer, cosa que dudo que Clive haga
-¿Aspirar a quién? Si se puede saber, ¿que mal tenía ese chico?
-Mis pensamientos me llevan por un rumbo equivocado, haciéndome
enfadar más -Además, solo estábamos hablando -Le grito. Paro a
pensar si debería decir lo que estoy pensando. Pero es imposible
porque él no está por mi, ¿no? -Clive, ¿estás celoso?
Se acerca a mí cabizbajo y de repente, me besa. Un beso que me pilla
completamente desprevenida. Y la verdad, nunca imaginé que mi primer
beso sería alrededor de tanta gente y con un chico que no me gusta.
¿Por qué no me gusta no? ¿O sí?