sábado, 29 de junio de 2013

Capitulo 8

Me levanto y un olor dulzón se mete dentro de mi, vainilla. Abro los ojos y los recuerdos de la noche anterior me llegan, haciendo que me maree un poco, justo antes de ver a Ana paseando por la habitación
-¿Se puede saber qué hiciste anoche en el baño? -Me pregunta enfadada mientras que barre por debajo de la cama.
-No...no...no lo se, me sentó algo mal -Tartamudeo mientras que empiezo a modelar una excusa en mi cabeza para lo ocurrido anoche. 
-Si,si claro -Dice entre risas. -El amor adolescente es el que mas daño hace y el que más nos revuelve el estómago, ¿verdad? -Sigue riendo en su pequeño chiste personal pero a mi no me hace ninguna gracia y en apenas segundos he salido de la habitación dando un portazo para mostrar mi enfado.

Maquillaje, ropa, pelo. Bien, estoy aceptable.

Salgo de casa y oigo como alguien me silba desde una camioneta roja -¿De qué cielo te has caído ángel? -Me grita Kod desde el asiento del piloto. La saludo haciendo caso omiso a su cumplido, el que por supuesto, es falso (es un cumplido y perdonadme la lógica pero lo dice por... cumplir). Reviso mi bolsa para asegurarme de que llevo todo para pasar el día, y la noche, en su casa.

Cuando llegamos a casa de Kod me cuenta lo muchísimo que le gustó a su abuela el regalo de Lewis no sin saltarse los millones de comentarios sobre lo enamorada que está de él. Por lo que ella me cuenta llevan saliendo dos años juntos y son almas gemelas (aunque a simple vista no lo parezcan). Según Kod están destinados a estar juntos porque se lo dijo la primera canción que escuchó después de que él le pidiese salir.

La casa de Kod no es muy grande pero es peculiar. Lo primero que hay al entrar en la casa es un sofá y una televisión donde debería de estar el recibidor. Luego al lado y sin ninguna separación está la cocina con el fregadero lleno de platos por limpiar. Al lado una pequeña puerta que intuyo que será el baño y unas escaleras que suben a las habitaciones. Aparte de la cocina toda la casa está impecable, como si se pasasen la vida limpiándola. Arriba me enseña su habitación y me sorprendo ver que no hay ninguna otra para sus padres. Un pequeño estudio de música ocupa la mitad de la segunda planta en la que solo está la habitación de Kod.
-Cada uno de esos instrumentos me los compra mi madre después de volver de donde sea que se vaya. Le da un arrebato de culpabilidad y al día siguiente tengo un ukelele o una guitarra nueva. No me quejo -La madre de Kod viaja mucho por el mundo y no está nunca en casa. Kod vive sola y su abuela, que vive en la casa colindante, se encarga de ella.

Preparamos unas cuantas bebidas y algo para beber ya que esta noche vienen los chicos a pasar el rato. Me siento tan bien con Kod que no puedo evitar contarle lo que pasó la noche anterior

-Y,¿no has hablado con él? -Niego con la cabeza -¿Desde anoche?
-No Victoria, no he hablado con él desde el beso -Intento reprimir mi enfado ya que no ha parado de reírse desde que se lo he contado.
-Pequeña, no me llames Victoria -Me señala con el dedo de forma cómica -Y que sepas que has entrado en el salón de la fama de Clive -Y sigue riéndose como una cría mientras que niego con la cabeza.
-Ja,ja. Serás imbecil -Lanzo hacia su cabeza un nacho que estaba a punto de entrar en mi boca.
-Oye guapa que lo digo en serio. Clive y sus líos son famosos en este pueblo -Dice mientras que se levanta del sofá para abrir la puerta
-No soy “sus líos”-Me burlo de ella -Fue un beso -Me mira divertida antes de abrir la puerta. Ruedo los ojos con desesperación -Bueno vale fueron dos pero no fue nada importante -Suspiro irritada.

-¿Y él sabe eso Jane? -Pero no me da tiempo a responder. Kod ya ha abierto la puerta y los chicos están dentro de casa.

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