Prólogo
-No eres mi madre.
Olvídate de mí. Estoy harta de tus estupideces, ¡joder! Vete a la mierda –Y
esas fueron las últimas palabras que Cassi me dijo. Las recuerdo claras,
clavadas en mi corazón como cuchillos afilados. Hace tres semanas de esto. Tres
semanas en las que he estado completamente marginada, tres semanas en las que
he cambiado, no sabría decir si para bien o para mal. En realidad sí, para mal.
Recuerdo como era antes de que Cassi me dijese aquellas palabras. Me preocupaba
por mis amigos –los pocos que tenía –era alegre –lo máximo que se puede ser
llevando la vida que llevaba, y llevo –y solía ser más abierta. Pero ya
no. En estas tres semanas mi vida ha
cambiado, mucho. Me he dado cuenta de que preocupándome por mis amigos me preocupo demasiado y no les dejo espacio,
según ellos, pero, en mi opinión soy demasiado buena –por no decir estúpida –por
lo que he dejado de preocuparme por ellos. Y esto se debe, básicamente a que
ahora no tengo. Soy triste, depresiva y aburrida. Me levanto por la mañana diez minutos antes de
salir de casa, no como nada de desayuno ni me arreglo, vuelvo a casa y me
dedico las tardes a leer, antes estudiaba y tocaba la guitarra pero ahora eso
es parte de mi pasado, y a ser posible no ceno y me voy a dormir. Seguro que es
vuestro plan ideal, moriros de hambre y pasaros los días leyendo mientras que
os llaman friky y aburrida. No os culpo, antes este no era mi mejor plan pero
ahora es el único que tengo. Es mi escape.
Pero hoy esto acaba. Hoy
es el último día de clase y, esta tarde, me voy de Madrid porque, según mi
madre, me preocupo demasiado, cosa que debo admitir, es relativamente cierta.
Tengo un hermano pequeño del que tengo que cuidar dado que mi madre trabaja
turnos infinitos para mantenernos. Me preocupo por mi abuela, anciana y
enferma. También tengo un padre alcohólico y adicto al juego al que visito
todas las semanas para asegurarme de que está vivo. Y por supuesto, antes de
estas tres semanas me preocupaba por estudiar para conseguir becas e irme al
extranjero –siempre he soñado con estudiar fuera de aquí, con vivir lejos de
aquí, -por mis amigos y por mi aspecto físico. Y diréis, ¿puedes controlarlo
todo? Sí, sí puedo. Preparo la comida y la cena a mi hermano y me aseguro de
que lleve los estudios al día. Mi madre intenta hacer todo lo que puede, que es
mucho, pero no lo suficiente y mi abuela… Bueno, mi abuela aparte de freír
patatas… Está enferma. Según dice la psicóloga-orientadora-profesor de
educación física tengo una extraña necesidad de tenerlo todo bajo control. A
veces contengo unas ganas incontrolables de aplaudirla cuando llega a esas
deducciones holmesianas ya que yo llegue a esas conclusiones hace mucho. Pero
bueno, no nos desviemos del tema. Hoy, 13 de junio, último día de clase me voy
de Madrid para librarme de mis preocupaciones durante todo un verano.
Hola :3 Me gusta mucho, empieza el verano y todo cambia, sube pronto el siguiente y mencioname si subes por favor :3
ResponderEliminarUn besito :3
Hola Esther :) Me alegro de que te guste!! Imagino que eres esther_thg en twitter no? Te aviso por ahí? Un beso y gracias por leerme :33
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